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Los Sistemas de Gestión Ambiental y Producción Limpia cambian el panorama para las empresas petroleras en el siglo XXI.

Al relacionar petróleo y ambiente, generalmente pensamos en los gases de escape de los vehículos, en las emisiones de las instalaciones termoeléctricas o en las manchas de aceite que vemos en estacionamientos, calles y avenidas del país.

En los últimos años también se vincula al petróleo con el cambio climático ocasionado por las emisiones de CO2, probablemente porque los integrantes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (IPCC) y el ex Vice Presidente de EEUU, Al Gore, fueron reconocidos con el Premio Nobel de la Paz. El impacto causado por el documental “An Inconvenient Truth” (Una verdad inconveniente) promovido por Gore, contribuyó a sensibilizarnos sobre este particular, sobre todo después que obtuvo el premio Oscar.

Aunque ciertamente los combustibles fósiles son responsables de una parte importante de las emisiones de CO2, reducir el vínculo entre petróleo y ambiente a esta situación no da una idea cabal de las acciones que las compañías petroleras efectúan en materia ambiental.

Desde hace más de una década las compañías petroleras están muy conscientes de que la mejor manera de reducir la contaminación es no generarla; aunque podamos asociar esta acción de NO CONTAMINAR a tecnologías muy sofisticadas, en realidad la prevención y eliminación de la contaminación es, en buena medida, una decisión gerencial, tomada desde los niveles más altos de cada actividad productiva, incluida la industria petrolera.

Así, cada vez son más las compañías petroleras que han adoptado formas sistematizadas de trabajo: los Sistemas de Gestión Ambiental (SGA), que permiten cumplir con la decisión de prevenir los efectos nocivos al ambiente, de cualquier índole y desde cualquier fuente potencial de contaminación.

Los Sistemas de Gestión Ambiental

La implantación de los denominados SGA ha contribuido a un desempeño ambiental más eficiente. Aunque cada SGA es específico para cada compañía y a su vez está adecuado para cada área operacional, todos se fundamentan en cinco principios:

• Compromiso de la Dirección superior y Política Ambiental,
• Planificación,
• Implementación y Operación,
• Medición y Evaluación (verificación y acciones correctivas y preventivas), y
• Revisión y Mejoramiento Continuo.

El hecho mismo de poner en práctica un conjunto de pautas y prácticas estructuradas de desempeño ambiental de la organización -debidamente acreditadas por auditores independientes, orientado por la Dirección y de obligatorio cumplimiento para todos- ha probado ser una estrategia gerencial exitosa.

La tendencia actual es manejar sistemas integrados de gestión que siguen los procedimientos establecidos en las normas que cada compañía haya decidido implantar para su gestión ambiental, de seguridad industrial, de higiene ocupacional, de calidad y de responsabilidad social.

Hacia dónde vamos

La implementación de los SGA permite asegurar la ejecución correcta de las tareas bien desde la primera vez, previniendo los impactos ambientales negativos, y satisfaciendo al nivel más económico las expectativas crecientes de la sociedad en relación a esta temática.

Si bien la etapa que primero se implanta en la gestión ambiental consiste en la aplicación de correctivos para reducir la descarga de contaminantes al ambiente -o correctivos “End of the Pipe”- el objetivo es reducir la cantidad de desechos a través de la implantación de acciones en el proceso productivo, sea extracción de recursos naturales, como es la producción de hidrocarburos, o de su procesamiento, como lo son la refinación y la petroquímica.

Una de las herramientas que facilitan el logro de lo arriba expresado es la aplicación del concepto de Producción Limpia (PL), o la aplicación continua a procesos y productos de una estrategia ambiental integral y preventiva, para reducir riesgos a las personas y al Ambiente.

La PL abarca la prevención de la contaminación y reducción en la generación de residuos en los distintos procesos que constituyen el sistema de producción de una organización y su reúso o recuperación, en caso de ser posibles.

Cabe destacar que la PL se aplica a los sistemas de producción de bienes, por lo cual no incluye a la banca, el comercio al mayor y al detal, las finanzas y los seguros.

Estrategias de producción limpia 

Las estrategias de producción limpia incluyen acciones de control de contaminación, como la disposición adecuada de los desechos, el tratamiento de las descargas al ambiente y el reciclaje de materias primas, así como la reducción de la fuente generadora, que es el principio de la prevención de la contaminación y de la producción limpia.

La Reducción de la fuente generadora puede efectuarse tanto por cambio de producto como por control de la fuente:

Cambio de producto. Puede implicar la sustitución del producto original o el cambio en su composición. El reemplazo del tetraetilo de plomo como antidetonante en la gasolina por compuestos oxigenados, el uso de la Orimulsión como reemplazo del carbón como combustible, la sustitución de pinturas base aceite por pinturas base agua, son algunos de los ejemplos asociados a la Industria de los Hidrocarburos.

Cambio de materia prima. En ciertos casos es posible reemplazar la materia prima por otros materiales que, cumpliendo los requerimientos del proceso productivo, generan menos desechos o desechos menos peligrosos. El uso de los lodos de perforación base agua y el reemplazo de tintas a base de solventes orgánicos por tintas a base de agua en la industria de la imprenta son dos ejemplos de esta acción.

Cambio de tecnología. Implica el uso de procesos alternos para obtener el mismo producto, generando menos desechos. La automatización permite controlar mejor las variables del proceso, mientras que el cambio del proceso puede mejorar el desempeño integral. Un buen ejemplo, aunque costoso, es el asociado a los cambios de catalizadores en las refinerías.

Mejores prácticas operacionales. La prevención de fugas, la segregación de desechos en el origen, la programación de la producción según la demanda y la capacitación del personal están entre las mejores prácticas operacionales. En la industria petrolera, todas ellas han sido aplicadas con éxito, pero aún son muchas las oportunidades de mejora en las diferentes áreas operacionales. La práctica Cero Descarga en plataformas lacustres o costa afuera es de obligatorio cumplimiento para algunas compañías.

Una reflexión necesaria 

Es probable que el siglo XX sea recordado como “La era del petróleo”, estando implícitos en esa denominación tanto el progreso social alcanzado, como los cambios ambientales ocurridos en el planeta.

Lo importante es que en la Sociedad como conjunto existe una preocupación general por cambiar los estilos de desarrollo conocidos hasta ahora y se trabaja en la construcción de una propuesta viable.

Desde el punto de vista de la industria petrolera, es imprescindible adoptar en todas las instalaciones de producción, transporte, refinación y comercialización esquemas de trabajo entre los cuales puede estar la PL, establecidos a partir de SGA, que cuenten con el compromiso de la alta gerencia para que su puesta en práctica sea efectiva. Sólo así puede ser viable una compañía petrolera del siglo XXI.

 María Eugenia Figarella / PetróleoYV

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